No es que tú estés enterrado en la mina y las masas de piedra te separen a ti, débil individuo, del mundo y de la luz, sino que estás en el exterior y quieres acceder a la persona enterrada y te ves impotente frente a las piedras, y el mundo y su luz te vuelven más impotente todavía. Y en cualquier momento puede morir de asfixia aquel a quien deseas salvar, de modo que has de trabajar como un poseso, y él nunca morirá de asfixia, de modo que nunca podrás dejar de trabajar.
Franz Kafka (1920)
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